Conocerse, implica recordar quién eres. Conocerte, es conocer las reglas del juego de tu vida. Conociéndolas, acertar es mucho más probable. Sí, realmente creo que existe el acierto, la acción óptima y que se puede y debe elegir conscientemente. Nace de algún sitio que yo llamo centro. Pero hay que querer llegar desde la seriedad más absoluta. Cuando uno llega al centro, aprende lo necesario, aprende lo verdadero y lo intelectual se vuelve útil para un fin o propósito.
Aunque muchos nos hemos adentrado en la lectura de libros de meditación, crecimiento o desarrollo personal, o hemos asistido a talleres, algunos seguimos atascados en episodios de sufrimiento. Pasando fácilmente de momentos de lucidez a períodos de inconsciencia. Seguimos en la misma casa, ciudad, las mismas simpatías y antipatías, el mismo marco condicionado.
¿Cómo puede alguien pasar de la intelectualización y entendimiento a la comprensión e integración verdaderos?