E.- Y, ¿cómo es la voluntad correcta?

S.- La que nace de tu Ser y no de tu ego. La que permanece y no se deteriora. Cuando los valores están por encima de los intereses del ego, nace el compromiso y la voluntad se vuelve tuya.

E.- ¿ Siempre que el ego no esté presente, no?

S.- El ego puede manifestarse, pero la voluntad correcta lo sobrepasa.

E.- Entonces, ¿cómo se hace para que se mantengan los valores, la voluntad y el compromiso?

S.- La tentación es siempre la prueba a tu Ser. La amiga que, con máscara de enemigo, te tiende la mano para que des el salto definitivo.

Un camino fácil, es deteriorar la fuerza de la parte subjetiva que ya has aprendido a reconocer en ti cuando se manifiesta. Al deteriorar su fuerza, aparece tu fuerza, tu dirección y tu voluntad.

E.- Cuando aparece la ansiedad, parar, cuando aparece la gula, ayunar, cuando aparece el deseo de ser atendida, callar…

S.- Cuando aparecen las no ganas, trabajar, cuando aparecen las ganas, seguir trabajando.

E.- VO en esencia

S.- Al final solo quedas tu, el silencio, el universo y muchas posibilidades…

E.- …y el pensamiento que no calla…

S.- pero que puedes decidir ignorar…

E.- eso es verdad…

S.- Siempre hay un paso posible que te acerca más a tu objetivo y otro que te aleja un poco más.

Puedes decidir en cada acción, cada momento, si permaneces despierto: si aquello que te está ocupando, te aleja o te acerca.

Los matices son las escaleras que hacen posible unir distancias que parecen insalvables.