El ego te dice que no puedes, pero tu Ser sabe que sí que puede.
El cuerpo se queja y te frena, pero tu Ser lo conduce con sabiduría.
Las emociones van y vienen; unas te animan a seguir y consiguen aliar el cuerpo y la mente.
Sin embargo, otras, te dividen y pretenden que te pares y no sigas.
La mente se posiciona rápidamente de la motivación positiva a la motivación negativa.
Sin embargo, tu Ser sigue allí para dirigirse hacia el objetivo propuesto.
Sirva este espacio, de punto de control para apoyar a tu Ser a seguir con su propósito de vida, por mucho que se vea tentado u obstaculizado por los estados impermanentes que asaltan sin permiso y nos empujan a abandonar el reto.