Solo será necesario el sufrimiento, y no siempre, para acercarnos a la Verdad ya que después del camino, encontramos la recompensa de la libertad, la comprensión, la paz, la alegría, el acierto y la evolución consciente.
Ello solo depende de la actitud. Implantar en nosotros la actitud adecuada o desimplantar la inadecuada, según se mire.
Se hace necesaria una actitud inteligente no dependiente y responsable para la resolución del máximo de conflictos e incógnitas. Esta actitud es la correcta tanto para reconocerse como para descubrir el mundo y relacionarnos con él.
La verdadera relación pasa por escuchar desde la no reacción, con la única intención de comprender aquello que se nos trata de transmitir. Tanto si se trata de escucharnos a nosotros mismos, al otro o a la naturaleza. La verdadera comprensión, pasa por ser capaces de ver sin etiquetar ni clasificar cualquier información antes de lo necesario.